sábado, 7 de abril de 2012

Pasión y muerte de Cristo

Córdoba

Pasión y muerte de Cristo
Miles de católicos vivieron y sintieron a flor de piel la Pasión y Muerte de Jesucristo al participar en las celebraciones litúrgicas del Viernes Santo.
El Sol de Córdoba
7 de abril de 2012
Yolanda Reyes Apodaca

Córdoba, Veracruz.- Miles de católicos vivieron y sintieron a flor de piel la Pasión y Muerte de Jesucristo al participar en las celebraciones litúrgicas del Viernes Santo, por lo que dejaron por momentos sus actividades cotidianas para dedicarle tiempo al Salvador de la humanidad.

Las iglesias católicas estuvieron concurridas por miles de familias que desde temprana hora se congregaron para participar en el Vía Crucis, a través de 14 Estaciones que recordaron los pasajes bíblicos, desde que Jesús fue enjuiciado hasta su muerte en el Monte Calvario, al lado de los ladrones Dimas y Gestas.

En Catedral, el decano de la Inmaculada, Lázaro Prado Evangelista, pidió a los participantes en el "Vía Crucis" no sólo caminar por caminar, sino darle un sentido y qué mejor que hacer un sacrificio y ofrecerlo por uno mismo, por la familia, por los hijos ausentes y por la salud de los enfermos.

Como ya es tradición, el Vía Crucis de la Catedral comenzó a las 10:00 horas, partiendo por la calle 3 hasta la avenida 15, de ahí retornó por la calle 5, avenida 1 hasta llegar nuevamente a la Catedral.

En cada una de las Estaciones se hizo la lectura del Evangelio, se meditó y reflexionó, porque ese fue precisamente el objetivo, recibir el mensaje que dejó Jesús a la humanidad: conocer el amor verdadero y aplicarlo en la vida diaria ante los problemas de injusticia, asesinatos, soberbia, sufrimiento, materialismo, marginados y pobreza.

Participaron 60 santeros, coordinados por José Luis Vera Nieva, para cargar las imágenes de Jesús en la Cruz, La Dolorosa, San Juan Apóstol, Magdalena, San Pedro y La Verónica, cada una con peso entre 40 y 50 kilos.

Durante el Vía Crucis, el sacerdote Lázaro Prado Evangelista invitó a grupos de varones, mujeres, jóvenes, madres y padres de familia y hasta niños, a cargar la Cruz de madera.

Al participar se les recordó que cada persona forma parte de la sociedad, nadie está aislado, se vive en comunidad y al hacerlo se lleva una Cruz, la cual es más fácil cargarla cuando todos participan, aunque muchas veces se dificulta porque no quieren cumplir las reglas o preceptos.

Conforme transcurrió la mañana el calor se hizo más intenso, pero no importó para las familias que participaron en el Vía Crucis y como pudieron se protegieron, algunos con sombrillas, otros con gorras, y muchos más al caminar por las banquetas.

Después de dos horas, el Vía Crucis culminó en la Catedral, donde el prelado Lázaro Prado Evangelista, junto con miles de feligreses, meditó las "Siete Palabras".

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