TEXTO IRREVERENTE
Por Andrés Timoteo
EL SOLTADOR
¿Se acuerdan de Vicente Benítez González, el tesorero estatal que tuvo que renunciar por el escándalo de las dos talegas de dinero que clandestinamente y de noche hicieron volar en una avioneta del gobierno estatal hacia Toluca donde el 27 de enero fueron decomisadas por la policía federal y que renunció tres días después del decomiso de los 25 millones? Pues bien, este individuo ni está prófugo ni en el extranjero sino que permanece en la entidad y vigente en el primer círculo que rodea al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
El Soltador, sobrenombre que Benítez se ganó a pulso durante la campaña electoral del 2010 por ser el encargado de repartir sobornos a la prensa, está operando para la campaña electoral de los candidatos preferidos de palacio de gobierno. Despacha desde una lujosa oficina en la Torre Ánimas de Jalapa y es el encargado del flujo de dinero – presumiblemente público- hacia los medios de comunicación para arropar mediáticamente a un selecto grupo de aspirantes a las diputaciones federales.
Son siete los abanderados priístas que tienen el manto protector - y de dinero estatal, claro- del gobierno del estado que es canalizado a través de El Soltador - los otros catorce de los distritos restantes se los puede comer la zorra porque su triunfo o derrota tienen un menor interés para el despachante de palacio de gobierno. Pierdan o ganen, no importa-. Benítez maniobra con los propietarios y directivos de algunos medios informativos para enviar el dinero que muchas veces no pasa por los filtros de las facturas y por ende del fisco, cuentan sus mismos comisionados para el trabajo sucio de hacer que la prensa hable bien de estos siete magníficos.
¿Y quiénes son tan queridos, protegidos y beneficiados candidatos?. Uno, Oliver Aguilar X – no hay que olvidar que el apellido Yunes se lo eliminó él mismo para contender a la diputación local en el 2010 con la venia de la fidelidad- que va por el distrito de Veracruz Rural y es hermano del secretario del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes, compadre del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Es también hijo del eterno burócrata, el también cordobés Juan Felipe Aguilar de la Llave, quien presume ser el “descubridor” de Duarte en sus tiempos mozos.
La segunda es Marina Garay Cabada postulada por el distrito de San Andrés Tuxtla y protegida también de Jorge Carvallo Delfín, diputado local y actual coordinador en Veracruz de la campaña de Enrique Peña Nieto. El tercero es Genaro Ruiz Arriaga, diputado local con licencia que contiende por el distrito de Tuxpan, apoyado también por otro consentido del duartismo, el alcalde tuxpeño Alberto Silva Ramos, conocido con el mote de El Cisne. El cuarto beneficiado es Noé Hernández González, candidato en el distrito de Minatitlán, secretario general de la sección 10 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM)
Otro beneficiado por El Soltador es Francisco Cessa Servín, abanderado en el distrito de Córdoba y cuya campaña – sosa y bastante aburrida, por cierto- se estaría nutriendo con dinero estatal y municipal pues el ayuntamiento del alcalde cordobés, Francisco Portilla -Paco El Opaco para la flota- funge también como bunker de propaganda y logística proselitista. Obviamente Duarte de Ochoa tiene un especial interés en hacer ganar al débil candidato en el distrito donde él es diputado federal con licencia, y no le costará porque sus rivales del PAN y de las izquierdas están más débiles que el mismo Cessa.
El sexto candidato bien querido se llama Fernando Charleston Hernández, exsubsecretario de Finanzas del gobierno próspero y que a contra viento y marea fue impuesto como abanderado del tricolor en Coatepec, de donde ni siquiera es originario de Coatepec pues su terruño es Coatzacoalcos. Además fue adherente de Acción Nacional, colaborador de Luis Pazos, excandidato a la gubernatura y uno de los personajes de extrema derecha en el país. Todo eso fue lavado por su único mérito: haber sido compañero de estudios de la señora Karime Macías, también originaria de Coatzacoalcos, y actual primera dama de la entidad.
Y el quinto arropado es Alejandro Montano Guzmán, exdiputado local y quien fue el poderoso secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco.
Recientemente la revista Proceso lo exhibió como una de las “regresiones” del PRI pues fue postulado en el distrito de Jalapa Urbano pese a tener señalamientos graves en materia de corrupción y asuntos judiciales – incluso lo involucran en cuestiones del crimen organizado-. El viernes pasado Montano Guzmán quiso defenderse de la publicación diciendo en una entrevista con medios informativos del puerto de Veracruz que el “no vive infiernos ajenos” pero el quemón nadie se lo quita.
Tales son los agraciados con la bendición del despachante de palacio de gobierno y con la operación de El Soltador, cuya operación furtiva y agazapada – y a base de billetazos- ya se verá que tan efectiva resulta el próximo primero de julio cuando se realicen las elecciones constitucionales.
ARBITRARIOS
Pese al beneficio que se supone traerá el operativo “Córdoba Seguro” aplicado en la ciudad de los Treinta Caballeros desde hace una semana, muchos ciudadanos están inconformes no por la intención de combatir al crimen sino por los abusos cometidos por policías estatales al mando del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita. Acusan que en los últimos días, los agentes estatales ingresan a los centros nocturnos y discotecas cortando cartucho de las armas, apagando luces y haciendo redadas de cientos de clientes a los que exigen demostrar papeles de identificación – hasta les piden la fe de bautizo y la Cartilla de Vacunación-.
Lo malo no es identificar a los que asisten a estos lugares sino a la extorsión a la que son objeto aquellos que no logran cumplir con la exigencia de los policías pues tienen que pagar sobornos en efectivo para no ser detenidos o golpeados. Lo mismo sucede con los agentes de tránsito que están haciendo su agosto en abril por tanta “mordida” aplicada. En fin, la arbitrariedad y los escasos resultados – los delitos siguen cometiéndose casi enfrente de las narices de la gente de Bermúdez- hacen que los mismos cordobeses estén decepcionados del operativo anunciado tan pomposamente por Duarte de Ochoa.
EL SOLTADOR
¿Se acuerdan de Vicente Benítez González, el tesorero estatal que tuvo que renunciar por el escándalo de las dos talegas de dinero que clandestinamente y de noche hicieron volar en una avioneta del gobierno estatal hacia Toluca donde el 27 de enero fueron decomisadas por la policía federal y que renunció tres días después del decomiso de los 25 millones? Pues bien, este individuo ni está prófugo ni en el extranjero sino que permanece en la entidad y vigente en el primer círculo que rodea al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
El Soltador, sobrenombre que Benítez se ganó a pulso durante la campaña electoral del 2010 por ser el encargado de repartir sobornos a la prensa, está operando para la campaña electoral de los candidatos preferidos de palacio de gobierno. Despacha desde una lujosa oficina en la Torre Ánimas de Jalapa y es el encargado del flujo de dinero – presumiblemente público- hacia los medios de comunicación para arropar mediáticamente a un selecto grupo de aspirantes a las diputaciones federales.
Son siete los abanderados priístas que tienen el manto protector - y de dinero estatal, claro- del gobierno del estado que es canalizado a través de El Soltador - los otros catorce de los distritos restantes se los puede comer la zorra porque su triunfo o derrota tienen un menor interés para el despachante de palacio de gobierno. Pierdan o ganen, no importa-. Benítez maniobra con los propietarios y directivos de algunos medios informativos para enviar el dinero que muchas veces no pasa por los filtros de las facturas y por ende del fisco, cuentan sus mismos comisionados para el trabajo sucio de hacer que la prensa hable bien de estos siete magníficos.
¿Y quiénes son tan queridos, protegidos y beneficiados candidatos?. Uno, Oliver Aguilar X – no hay que olvidar que el apellido Yunes se lo eliminó él mismo para contender a la diputación local en el 2010 con la venia de la fidelidad- que va por el distrito de Veracruz Rural y es hermano del secretario del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes, compadre del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Es también hijo del eterno burócrata, el también cordobés Juan Felipe Aguilar de la Llave, quien presume ser el “descubridor” de Duarte en sus tiempos mozos.
La segunda es Marina Garay Cabada postulada por el distrito de San Andrés Tuxtla y protegida también de Jorge Carvallo Delfín, diputado local y actual coordinador en Veracruz de la campaña de Enrique Peña Nieto. El tercero es Genaro Ruiz Arriaga, diputado local con licencia que contiende por el distrito de Tuxpan, apoyado también por otro consentido del duartismo, el alcalde tuxpeño Alberto Silva Ramos, conocido con el mote de El Cisne. El cuarto beneficiado es Noé Hernández González, candidato en el distrito de Minatitlán, secretario general de la sección 10 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM)
Otro beneficiado por El Soltador es Francisco Cessa Servín, abanderado en el distrito de Córdoba y cuya campaña – sosa y bastante aburrida, por cierto- se estaría nutriendo con dinero estatal y municipal pues el ayuntamiento del alcalde cordobés, Francisco Portilla -Paco El Opaco para la flota- funge también como bunker de propaganda y logística proselitista. Obviamente Duarte de Ochoa tiene un especial interés en hacer ganar al débil candidato en el distrito donde él es diputado federal con licencia, y no le costará porque sus rivales del PAN y de las izquierdas están más débiles que el mismo Cessa.
El sexto candidato bien querido se llama Fernando Charleston Hernández, exsubsecretario de Finanzas del gobierno próspero y que a contra viento y marea fue impuesto como abanderado del tricolor en Coatepec, de donde ni siquiera es originario de Coatepec pues su terruño es Coatzacoalcos. Además fue adherente de Acción Nacional, colaborador de Luis Pazos, excandidato a la gubernatura y uno de los personajes de extrema derecha en el país. Todo eso fue lavado por su único mérito: haber sido compañero de estudios de la señora Karime Macías, también originaria de Coatzacoalcos, y actual primera dama de la entidad.
Y el quinto arropado es Alejandro Montano Guzmán, exdiputado local y quien fue el poderoso secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco.
Recientemente la revista Proceso lo exhibió como una de las “regresiones” del PRI pues fue postulado en el distrito de Jalapa Urbano pese a tener señalamientos graves en materia de corrupción y asuntos judiciales – incluso lo involucran en cuestiones del crimen organizado-. El viernes pasado Montano Guzmán quiso defenderse de la publicación diciendo en una entrevista con medios informativos del puerto de Veracruz que el “no vive infiernos ajenos” pero el quemón nadie se lo quita.
Tales son los agraciados con la bendición del despachante de palacio de gobierno y con la operación de El Soltador, cuya operación furtiva y agazapada – y a base de billetazos- ya se verá que tan efectiva resulta el próximo primero de julio cuando se realicen las elecciones constitucionales.
ARBITRARIOS
Pese al beneficio que se supone traerá el operativo “Córdoba Seguro” aplicado en la ciudad de los Treinta Caballeros desde hace una semana, muchos ciudadanos están inconformes no por la intención de combatir al crimen sino por los abusos cometidos por policías estatales al mando del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita. Acusan que en los últimos días, los agentes estatales ingresan a los centros nocturnos y discotecas cortando cartucho de las armas, apagando luces y haciendo redadas de cientos de clientes a los que exigen demostrar papeles de identificación – hasta les piden la fe de bautizo y la Cartilla de Vacunación-.
Lo malo no es identificar a los que asisten a estos lugares sino a la extorsión a la que son objeto aquellos que no logran cumplir con la exigencia de los policías pues tienen que pagar sobornos en efectivo para no ser detenidos o golpeados. Lo mismo sucede con los agentes de tránsito que están haciendo su agosto en abril por tanta “mordida” aplicada. En fin, la arbitrariedad y los escasos resultados – los delitos siguen cometiéndose casi enfrente de las narices de la gente de Bermúdez- hacen que los mismos cordobeses estén decepcionados del operativo anunciado tan pomposamente por Duarte de Ochoa.
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