viernes, 6 de abril de 2012

La lluvia eclipsa las procesiones de Semana Santa en España

La lluvia eclipsa las procesiones de Semana Santa en España

Imágenes de cristos y vírgenes ricamente ornamentados y grupos de penitentes con capirotes vieron sus recorridos anulados o acortados en la mañana del Viernes Santo debido a la lluvia que, tras el invierno más seco en décadas, caía sobre España.
Después de que el año pasado ya se vieran malogradas por las precipitaciones, las cofradías de Sevilla (sur) desfilaron de madrugada entre estruendo de cornetas y tambores, pero la amenaza de lluvia obligó a devolver algunas imágenes a las basílicas horas antes de lo previsto.
"Hemos terminado más prontito de lo normal pero ha merecido la pena el salir", afirmó Miriam Miren, que procesó durante toda la noche con la vírgen de la Macarena sobre un paso cubierto de cirios al que los sevillanos cantaban saetas desde los balcones en su desfile por las calles de la ciudad andaluza.
"La mayoría de gente se esperaba que no salieramos porque cuando entramos estaba lloviendo", señaló en declaraciones a la radio pública.
Otras regiones tuvieron menos suerte con la meteorología, especialmente Castilla (centro) donde la lluvia y la nieve obligaron a suspender las salidas en provincias como Valladolid, León, Zamora o Cuenca para desgracia de las cofradías que llevaban todo el año esperando para desfilar en procesión.
El tiempo fue más clemente en Valencia (este), que pudo celebrar su Semana Santa Marinera en aguas del Mediterráneo, o en Aragón (noreste) donde penitentes con túnica blanca y capirote verde desfilaron con un sobrio cristo crucificado, en procesiones retransmitidas por las televisiones regionales.
Un Jueves Santo pasado por agua había provocado la víspera la anulación de las primeras procesiones de Sevilla y Granada, haciendo saltar las lágrimas a algunos de los cofrades.
España había vivido el invierno más seco desde los años 1940, según los meteorólogos, lo que favoreció la proliferación de incendios forestales antes de lo habitual.
Sin embargo, desde principios de semana la lluvia no dejaba de abatirse sobre la Península Ibérica, malogrando los planes de hermandades religiosas y turistas.

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